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  • Foto del escritorEduardo A. Saldivia

Un portal de árboles nativos

Según un informe técnico publicado por la arquitecta brasileña Maristela Rodrigues, en una tarde despejada de verano, con una temperatura de 37°, el asfalto al sol puede llegar a tener 67°, mientras que a la sombra de un árbol, esa misma calzada tiene una temperatura de 39°.


Lo mismo sucede en una superficie con césped, la cual tendrá una temperatura de 42° al sol y de 31° a la sombra, un resultado notable porque es incluso seis grados más frescos que la temperatura ambiente. El video, donde toman las muestras con un termómetro infrarrojo, puede verse en el canal de YouTube @arquitectapage.



Demuestra de una manera práctica y sencilla la importancia de las áreas verdes en nuestro espacio público y el protagonismo que adquieren los árboles como actores para lograr tener un hábitat urbano confortable.


A partir de lo que fue nuestro Plan Estratégico Posadas 2022 -donde se propuso a la capital de la Tierra Colorada como Portal urbano de la Selva Misionera- se volvió necesario que avancemos en un programa para el desarrollo de la infraestructura verde de nuestra ciudad.


Para lograr el desarrollo de una infraestructura verde es necesario hacer un uso eficiente del suelo, optimizar la calidad paisajística y ambiental de los espacios públicos, mejorar las condiciones ambientales y de saneamiento de la ciudad, identificar y conservar espacios verdes clave, como nacientes de arroyos y sitios de alto valor natural.


Esto es una tarea ambiciosa, ya que -hacia 2013- de las 30.797 hectáreas que posee el territorio posadeño, sólo el 24% se encontraban urbanizadas y el 76% restante estaba conformados por suelo rurales y suelos parcialmente inundados, constituyéndose en humedales urbanos producto del embalse del río Paraná. En definitiva, es claro que Posadas necesitó desde siempre avanzar en dos temas fundamentales: su sistema de espacios verdes y su sistema de los arroyos urbanos. Sobre este primer punto -pero sin perder de vista al segundo- nació lo que conocemos como el Plan Forestal Urbano.


Este instrumento se propone el objetivo de “Consolidar el arbolado urbano de la ciudad, para conferir identidad, organización y significado al paisaje urbano, promoviendo la conciencia ambiental y la calidad de vida de todos los posadeños.


Los Servicios Ambientales que prestan los árboles a la ciudad a pesar de ser intangibles a nivel económico, pueden valorarse en beneficios sobre la salud de todos los habitantes posadeños.

Para lograrlo, el plan divide la jurisdicción en distritos según sus características bioambientales y agrupa en cada una a diferentes especies. Es importante destacar que todos los propuestos son árboles de especies nativas, porque disminuyen la contaminación: sonora, atmosférica (CO2, partículas suspendidas) y del suelo. Aumentan la absorción por parte del suelo de Nutrientes y Agua. Reducen las temperaturas del aire por oxigenación y sombra. Resultan ser atractivo, refugio y alimento para la fauna local.


El distrito “Misionero” es el casco urbano desde avenida Quaranta hacia el centro, y se propone para sus veredas y plazas especies como camboatá, cedro misionero, ceibo de monte, pata de vaca y pitanga. Para el distrito “Los laureles”, que abarca todo el frente costero de la ciudad, propone aguay, cañafístola, caroba, ñangapirí negro y laurel negro. A distrito “Urunday” se lo llama predominantemente al área de influencia del humedal Zaimán, y las especies seleccionadas para esta área son el urunday, niño rhupa, guabiyú, lapacho negro y canela de venado. Distrito “De los campos” es el sector sur de la ciudad, con pindó, ceibo, lapacho amarillo, timbó y chal chal. Y por último, el Distrito “Del palo rosa” es el suroeste de Posadas, incluyendo Itaembé Miní. Caracterizándola por el palo rosa, alecrim, rabo, cuatambú y palmito.


Comprendiendo este Plan que hoy es una ordenanza vigente, no es difícil que imaginemos la avenida Corrientes con veredas a la sombra de los cedros misioneros. La avenida Urquiza como un bosque de cañafístula. O el autódromo de la ciudad caracterizado por las copas de unos lapachos amarillos.


En conclusión, es importante que cada vecino identifique en qué distrito vive y se anime a plantar en su vereda y en su jardín alguna de las especies asignadas. Esto va a ser algo beneficioso para todos, la calidad ambiental es esencial para que los ciudadanos logren tener una buena calidad de vida. Y el arbolado es el elemento urbano que más contribuye al confort del espacio público.

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