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  • Foto del escritorEduardo A. Saldivia

Posadas 2035

En el año 2020 se dio inició a un compromiso mundial por lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que propuso la Asamblea General de Naciones Unidad. Así, a estos años tan importantes se los ha dado a conocer como la Década de Acción.

Esta década de acción exige acelerar las soluciones sostenibles dirigidas a los principales desafíos del mundo; desde la pobreza y la igualdad de género, hasta la desigualdad y el cambio climático.


Pero esto no va a materializarse desde los gobiernos nacionales o subnacionales, entendemos que son las ciudades los catalizadores de soluciones a los problemas a los que se enfrenta nuestro mundo en la actualidad. Si están bien planificadas y bien gestionadas, las urbes pueden ser un instrumento poderoso para lograr el desarrollo sostenible, tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados.


Muchas ciudades ya están presentando sus planes para alcanzar estas metas globales por etapas, una primera etapa de fuertes avances hacia 2035, por ejemplo mitigando las emisiones de carbono, y una segunda etapa final hacia 2050, donde se habla ya de metrópolis con cero emisiones de carbono, carbono neutral.


En el caso de la ciudad de Los Ángeles, el alcalde presentó el plan BlueLA, que se propone que el 100% de los colectivos que circulan por la ciudad sean modelos de cero emisiones para el 2030, además de instalar unos 28.000 “surtidores” de recarga para autos eléctricos. El plan ordena ademas que para 2025 el 25% de los autos sean eléctricos; que en 2035 el 80% de los autos sean de libre de emisión y en 2050 ya no quede ningún vehículo que use combustible circulando.

En el caso de la capital de la Tierra Colorada, nuestro intendente se enfrenta por estos días al desafío de empezar a definir el camino para avanzar con un plan Posadas 2035. Basándonos siempre en la sustentabilidad, nuestra comuna debe plantearse cómo piensa acompañar los cambios, las demandas y el crecimiento de la población, logrando tener una ciudad atractiva, que genere empleo para los que vivimos acá y a la vez anime a los turistas a visitarla.


Pensar nuestra capital con vistas a 2035 debe cumplir las metas del 2030 y un poco más, lo que nos permite ser ambiciosos y animarnos a soñar con una ciudad verde y sostenible.


Es apremiante avanzar en la plantación de arboles de especies autóctonas, los servicios ambientales que ofrecen los bosques urbanos están relacionados con la pureza del aire, beneficios sobre las aves y la biodiversidad. Pero ademas, son el primer paso en avanzar hacia una compensación por nuestras huellas de carbono.


Una hectárea de bosque nativo secuestra 1.500 kilos de carbono año, mientras un auto familiar emite en Argentina unos 3.000 kilos de carbono al año. Si hacemos las cuentas no hay bosque que alcance, necesitamos dos hectáreas de bosque para secuestrar lo que emite cada auto convencional a nafta, la solución -como proponen en la ciudad californiana- es dejar de usar esos autos.


La creación de cinturones ecológicos alrededor de las áreas metropolitanas y la construcción de parques lineales sobre las rutas o los arroyos a cielo abierto, genera nuevos corredores verdes que mejoran la salud y la calidad de vida de los vecinos. Su sombra brinda confort para el esparcimiento y alienta a las practicas deportivas o al uso de movilidad activa como la caminata o la bicicleta. O viéndolo como inversión, una oportuna forestación urbana puede mejorar en hasta un 20% el valor de una propiedad.


Es clave para un desarrollo sostenible en el tiempo, fomentar la incorporación de las energías renovables, promocionar y patrocinar a cada ciudadano que quiera volcarse a ellas.


Tenemos por ley nacional los medidores bidireccionales de energía eléctrica que premian con créditos a aquellos que tienen paneles solares en sus viviendas y aportan lo que les sobra a la red del barrio. Con esta modalidad, también el alumbrado publico o dependencias en la vía pública podrían valerse de la energía limpia generada por los vecinos para poder funcionar.


Dos tercios de la energía eléctrica en Misiones hoy viene de usinas que funcionan a fueloil, mientras las entidades ambientales proponen la impulsión de la biomasa como alternativa para atender los requerimientos energéticos industriales.


Es importante que no caigamos en la tentación de subestimar la crisis que está viviendo el planeta, que es urgente, actual y necesita cambios drásticos desde ahora. Comprendemos que los cambios en la sociedad y en nuestro estilo de vida son procesos lentos y que llevan tiempo, pero que estemos pensando un plan para dentro de quince años no debe llevarnos a pensar que falta mucho. El cambio debe comenzar hoy mismo, con la gravedad y la seriedad de comprender que de no lograrlo, el mundo hacia 2050 será un planeta sin opciones y sin futuro.



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