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  • Foto del escritorEduardo A. Saldivia

La generación de la Restauración

El próximo 5 de junio no será un día más, en esa fecha de 1972 se creó el Programa Ambiental de Naciones Unidas UNEP, por sus siglas en inglés y se celebrará el Día Internacional del Medio Ambiente, pero el contexto actual le da a esta ocasión un marco especial.


En primer lugar, desde UNEP, su directora Inger Andersen, afirma científicamente que la salud de las personas y la naturaleza se encuentran entrelazadas tan profundamente, que la crisis del Covid-19 ha demostrado la necesidad de un cambio radical en la forma que vemos y valoramos la naturaleza.


En segundo lugar, está claro que tan importante como la reducción de las emisiones de gases generados por combustión a la atmosfera, es fundamental también detener la destrucción de nuestra biodiversidad, ya que son estas dos las causas principales en los cambios del clima que nos han llevado a la actual crisis.


Y es en este contexto de crisis, el tiempo de reacción es corto, nuestras metas no se extienden a más de 10 años. Por lo que el 5 de junio de 2021 se dió inicio a la denominada Década de Restauración de los Ecosistemas.


En todo momento se subraya que las comunas son las protagonistas de la escena, teniendo la difícil tarea de llevar a su contexto local estas ideas globales. En el caso de las grandes ciudades y capitales argentinas -como Posadas- es urgente atender la crisis desde los siguientes frentes:


1) Publicar un calendario de trabajo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los ODS son para el año 2030, con metas para una década de acción que no se están atendiendo desde la administración comunal. Las municipalidades tienen la llave para la acción contra el Cambio Climático.


2) Retomar las políticas de arbolado urbano. Los espacios verdes están desconectados producto de haber sido ejecutados por diferentes organismos (Iprodha, EBY, Municipalidad) y desde la ciudad no se está accionando en referencia a nuestro Plan Forestal Urbano, agravado por como esto atenta contra las aves autóctonas. Las pocas iniciativas aisladas que tiene el municipio no son coordinadas. Los servicios ambientales que prestan una adecuada forestación son fundamentales para la salud bienestar de todo el hábitat urbano.


3) Trabajar en ser una ciudad carbono neutral. Esto es clave para una ciudad insignia que busca establecerse como portal urbano a la selva misionera y su biodiversidad. En una primera instancia se deberá trabajar impulsando reducir su huella de carbono en todos los procesos de trabajo de la comuna y paralelamente convertir -con un cronograma a mediano plazo- toda la administración pública al uso de energías renovables.


4) Consolidar la distribución territorial. Es necesario que cada barrio cuente con su propio centro, donde los vecinos puedan resolver sus actividades sin necesidad de trasladarse hasta el centro de la ciudad. Son conocidos los casos de lo difícil que es –por ejemplo- instalar un cajero automático en cada barrio, o la escasa cantidad de trámites que puede resolverse en cada delegación, obligando al vecino a trasladarse al palacio municipal.


5) Implementar una política clara en soluciones de vivienda. Este es un drama que afecta de manera dura a todas las capitales argentinas del NEA. El 60% de las familias con problemas habitacionales necesitan mejorar sus casas, ampliar sus viviendas, su cocina o hacer su baño. El 30% no tiene la escritura del lugar donde vive y el 10% no tiene dónde vivir. Desde la municipalidad se pueden tomar cartas en el asunto, complementando la labor de la provincia, se puede hacer mucho por el distrito.


6) Dotar a la ciudad de un transporte público atractivo y moderno. Nuestra aspiración debe ser la de contar con un sistema que nos invite a dejar de usar vehículos particulares para movernos por la ciudad. Colectivos eléctricos que respeten el ecosistema misionero, con climatización para viajar confortablemente. La creación de peatonales y ciclovías deben complementar el uso del colectivo.


Hoy, las políticas públicas se vuelven muy necesarias en el cuidado de los suelos fértiles, en la preservación de flora y fauna muchas veces depredada. Permitámonos ser optimistas y confiar en que aún podemos rescatar nuestros ecosistemas, tenemos la responsabilidad de conservar lo intacto, detener los deterioros, ayudar a la naturaleza a recuperarse, pero será un trabajo que necesita de todos. Somos una generación a la que le toca ocuparse de la restauración ambiental, por el bien de las próximas generaciones.

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