top of page
  • Foto del escritorEduardo A. Saldivia

El pasajero como protagonista

Todos los sistemas de transporte de las ciudades del mundo están en revisión, un nuevo paradigma desde lo sanitario, la conectividad, la sustentabilidad, la vida saludable, todo eso nos está llevando a repensar movilidades e incluso ya nos exige nuevas flotas motorizadas por energías limpias.


Parte fundamental de este sistema es ofrecer al usuario la posibilidad ágil y rápida de un auto con chofer. Cuando un ciudadano -en cualquier parte del mundo- necesita trasladarse desde un lugar, puede hacerlo con un taxi o con un vehículo perteneciente a las nuevas alternativas online. Lo que debemos analizar no es qué elige, sino el porqué.


Los trabajadores de taxis cuentan con el aval de estar homologados y certificados por autoridades estatales para poder dedicarse al transporte de pasajeros, mientras que los que prestan un servicio a través de las plataformas online cuentan principalmente con la garantía de la empresa privada a la que está asociado el conductor y su auto. Frente a estas dos realidades, los vecinos pueden elegir si quieren trasladarse en un coche con techo amarillo, debidamente controlado por el estado o un auto particular, controlado por una multinacional.


Las nuevas tendencias lo que impulsan es a atender la experiencia del usuario, incluso para el que toma un colectivo o un tren, que el pasajero se sienta protagonista del servicio que paga y todo gire en torno a garantizar su confort.


Cuando revisamos lo que nos ofrecen las aplicaciones para usar los servicios como Uber o Cabify nos encontramos con mapas online que indican dónde hay vehículos libres y cuánto van a tardar en recogernos. Cuánto tiempo tardaría en llevarnos a nuestro destino, con una hora estimada de arribo y el precio del viaje. Sumado a la posibilidad de pagar sin dinero físico, sino a través de billeteras electrónicas.


Si en la ficha del vehículo que seleccionamos trasladarnos, en la plataforma y de forma anónima, las personas que viajaron anteriormente dejaron reseñas -por ejemplo- quejándose del chofer y su forma de conducir o comentarios negativos sobre el vehículo por falta de mantenimiento o de limpieza, podemos elegir libremente pedir el cambio por otro auto y reemplazarlo sin costo.


En definitiva, mientras otros operadores todavía hoy siguen anotando los viajes con papel y birome, las plataformas online, en la práctica funcionan como si fueran una firma de radio taxi, pero sin un telefonista y una radio, sino con un muy buen servicio digital.


En todo caso, más que animarnos (o no) a contar en nuestra ciudad estos servicios programados por informáticos extranjeros, deberíamos aprovechar el impulso que se le viene dando desde nuestra provincia a los desarrolladores locales de aplicaciones y a iniciativas como la Escuela de Robótica y el Sillicon Misiones. Sería muy oportuno que los taxis de Posadas puedan estar centralizados en una plataforma online con las mismas prestaciones que ofrecen los servicios privados.


Hoy, cuando subimos a un taxi no sabemos si el conductor se caracteriza por su amabilidad o si el vehículo cuenta con aire acondicionado, muchísimo menos cuánto va a salir el viaje, y esas incógnitas las resuelve una aplicación que para el trabajador del volante no requiere mayor inversión que la de un celular conectado. Eso es lo que pide la gente y esas son las respuestas podría ofrecer la aplicación misionera que se propone aquí.


Los taxis de Posadas también pueden contar con un sistema informático moderno que le garantice a cualquier pasajero transparencia y confort. Una aplicación que no tenga nada que envidiarles a otros servicios e incluso que la provincia pueda vendérsela como software a otras comunas interesadas en llevar su servicio de taxis al 2021, así como nosotros compramos la del SEM.


Imagen ilustrativa de Cabify.

7 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page